domingo, 18 de julio de 2010

El pico de las Tres Provincias o la Peña Cebollera o ¡vaya soba!

Las vacaciones están cada vez más cerca y seguimos aprovechando el tiempo para "castigarnos" en la sierra madrileña. Como la semana pasada, dos somos los llamados (y los elegidos) para enfrentarnos a este 2mil de la Peña Cebollera que hace además de límite natural de tres provincias: Guadalajara, Madrid y Segovia.
Madrugón de aúpa para recorrer los casi 100 km que nos separan de Montejo de la Sierra, en el corazón de la sierra pobre ¿? de Madrid. Iniciamos la ruta cuesta abajo, pero enseguida el terreno se empina atravesando explotaciones ganaderas (¿o quizás era una muy grande?), con sus terneros, sus vaquitas, sus toritos, ... Jamás hemos pasado tan cerca de tantos cuernos, pero si el track dice "por ahí" pues ahí que vamos.
Salimos por fin de entre tanta asta y estamos en el puerto de El Cardoso. A partir de aquí comienza una larga pero tendida subida bordeando el famoso hayedo de Montejo hasta coronar en el collado del Mosquito. Fin de la primera parte.
Desde el collado tenemos dos opciones: tirarnos a la izquierda en lo que parece ser una bajada a tumba abierta hasta Horcajuelo, o (ya que estamos) continuar por la derecha con la subida hasta el pico. Mmmmmmm, ya que estamos ...
Y comienza la "diversión": 6 km de auténtico rompepiernas, rampas durísimas no tanto por la pendiente, sólo del 20%, como por la difcultad añadida de las piedras y un sol de justicia.

Y coronamos. Ni que decir tiene que tanto esfuerzo ha merecido la pena. Las fotos hablan por sí solas. Estamos altos de coj...


Si creíamos que hábiamos sufrido bastante en la subida, nada comparado con la bajada. Circulamos por un río de piedras (y pedrolos) que nos abligan a agarrarnos a la bici con todo, así que no es de extrañar que termináramos con brazos y piernas doloridos.
Ya de nuevo en la pista nos las prometemos felices. Pero no, el terreno sigue picando hacia arriba y tenemos que dar pedales sacando fuerzas de dónde ya quedan pocas. Un repechón para coronar un collado (¡que sofocón!) y vemos la luz en forma de bajada. Rapidísimos hasta Horcajuelo y ya por carretera cuestecita hasta Montejo.

S'acabó.

Más fotos.


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domingo, 11 de julio de 2010

Abantos

Seguimos con la actividad entrecortada del bolg, que no de la ciclista, aunque sin coincidir todos los miembros del grupo. Estos días se han subido la Morcuera y la Bola del Mundo, pero quedan pendientes sus correspondientes entradas en esta página. Hoy afrontamos la subida a Abantos dos pepedaleros: Jesus y Puchi.
Iniciamos la ruta en la estación de El Escorial y comenzamos la subida por las zetas del Tomillar que no por conocidas dejan de ser duras. No son las 9 aún pero el sol calienta bien, sobre todo en las zonas despejadas.
En los Llanillos comienza la segunda parte de la ascensión; el tráfico se intensifica, tanto el de tracción mecánica como el de tracción animal. A la dificultad de las rampas (muy duras por momentos) se une la del estado de la pista, con unos agujeros que parecen oseras. Esto provocaría que, durante el descenso, adelantáramos a varios coches.
En el Puerto de Malagón la pendiente se suaviza y un poco más allá abandonamos la pista ¿asfaltada? para tomar otra de tierra en dirección al Cerbunal. Pero el track nos obliga a dejar la pista para llegar al vértice geodésico de Abantos por una subida trialera empinada y pedregosa que Jesus hace (espectacular) del tirón y Puchi la sufre en el coche de San fernando (arggggg!).
Nuestro próximo punto de referencia es el refugio de la Naranjera al cual se llega siguiendo la valla del recinto del Valle de los Caídos, con un tramo de bajada complicado (por lo suelto del terreno y la inclinación). Por cierto, el refugio está hecho un asco.
¡Pis, pis! Dejamos el refugio a la derecha con la bici al hombro triscando por grandes pedrolos. En la fuente de la Negras repostamos líquido (ya veníamos secos) y encontramos el asfalto que nos conduce de nuevo hasta el Puerto de Malagón. La bajada la terminamos por las zetas de los Llanillos y callejeando por El Escorial llegamos de nuevo a la estación.

Beso y final.

Aquí alguna foto más.

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