domingo, 24 de noviembre de 2013

Móstoles - Navalcarnero - Villamanta - Villanueva de Perales - Sevilla la Nueva


Seguimos conociendo pueblos de nuestra Comunidad y hoy, además, de la mano del mismísimo Tomás en persona. El track lo ha preparado él y es totalmente pistero, salvo un despiste que tuvimos porque nos adelantamos unos metros en un desvío, lo que nos costó patear un poco. ¡Viva la aventura!


Salimos de Móstoles hacia el remodelado Puente de Hierro sobre el Guadarrama por la muy concurrida vía del tren de Villamanta. Bordeamos la Dehesa de Marimartín y llegamos a Navalcarnero.


De aquí a Villamanta las pistas son estupendas, y con el valor añadido de que todos los caminos están balizados con unos aparatosos -pero muy prácticos- mojones de granito que indican de dónde vienes y a dónde vas. Otra cosa son las cruces, una en cada cerro, cuyo fin, significado o propósito se deja como tarea de investigación para el curioso lector.


Subimos a Villamanta -porque el pueblo está empinado-, hacia el norte, y flanqueados por la Dehesa de Valdeciervos (privada) llegamos a Villanueva de Perales. Luego, tras un poquito de "sube y baja", tuvimos el despiste. El caso es que dejamos la carretera demasiado pronto. Cien metros más y está el camino bueno.


Pasado Sevilla la Nueva el terreno es favorable. Por la Dehesa de Sacedón bajamos suavemente hasta el río y, tras atravesar de nuevo el Puente de Hierro, deshacemos el camino andado en la mañana para acabar en el coche tras más de cuatro horas de agradable pedaleo.


Todas las fotos (que son muchas).

Y el track:

domingo, 10 de noviembre de 2013

Valdemoro - Esquivias - Borox - Seseña - Ciempozuelos


La ruta de hoy nos ha llevado a conocer nuevas tierras. Concretamente las de unos cuantos pueblos del sur de Madrid y norte de Toledo (internacionales que somos), para cubrir así otro trocito más del mapa bicicletero de nuestra área de influencia.


Saliendo de la zona nueva de Valdemoro vemos ya algunos bikers a la espera de sus compañeros. Nuestro primer objetivo es el cerro de los Batallones, a las afueras de la localidad. Pistas, caminos y un último tramo de cortafuegos nos llevan hasta el vértice geodésico del cerro.


Subiendo hemos oído disparos muy cerca. Es época de caza y durante toda la ruta compartiremos camino con las detonaciones. Lo cierto es que, más que admirar el paisaje, oteábamos el horizonte para ubicar las quietas siluetas de los escopeteros delatadas casi siempre por sus inquietos perros.


El camino hacia Esquivias se hace ameno ya que circulamos por un joven pinar repoblado, a media altura de la ladera. También se podría ir por la parte alta, pero la pista es bastante más aburrida. De Esquivias a Borox el trayecto es corto y se hace por una pista de grava compactada.


En Borox paramos en la plaza junto a la iglesia, y la fuente. Para salir el track nos da una extraña vuelta (editado) que casi nos deja en el centro del pueblo otra vez. Tras girar a la derecha enfilamos una carretera (en el mapa camino) en clara subida, que al poco tiempo abandonamos por la derecha para iniciar la bajada a Seseña.


Cruzar, rodear, circunvalar Seseña ha sido lo peor de la ruta. Primero rodeamos el pueblo por urbanizaciones de chalés; luego enlazamos con el polígono industrial por asfalto; atravesamos Seseña Nuevo y cruzamos la A4 por un paso peatonal, llegando por fin a la salida del pueblo. Sí, sí, la salida del pueblo, porque para dejar atrás la civilización hay que franquear esta curiosa puerta:


A partir de este punto el panorama cambia radicalmente. Ciempozuelos está cerca, y nos vamos aproximando poco a poco por una sucesión de entretenidos barrancos, bajando y subiendo por divertidos senderos, a veces muy cerrados pero siempre bien marcados, e incluso cruzando algún arroyo con cierta dificultad.


El último tramo hasta Valdemoro lo hacemos por el camino que viene de San Martín, que ya a estas alturas de recorrido se hace un poco cuesta arriba, tanto figurada como literalmente.

Las fotos aquí.

Y el track (editado):

domingo, 3 de noviembre de 2013

El páramo de la vega



Cuando vamos a buscar a Javi a Getafe ya sabemos lo que nos espera...¡Esas pedazo de porras, qué ricas! Sólo por esto ya ha merecido la pena el madrugón. En fin. Llegamos a Morata entre una espesa niebla que no nos abandonaría hasta la última parte del recorrido. Fue la característica meteorológica principal, porque de frío nada de nada. 

Salimos hacia el sur, y nada más cruzar el Tajuña tomamos la pista hacia la derecha, compacta pero muy bacheada. Tras un giro brusco a izquierdas atravesamos una puerta caída (?) y encaramos el cortado por un camino con dos rampas iniciales muy duras. Luego de un par de kms saltamos la cadena que advertía que habíamos pasado por una finca particular. Bueno, este tramo, para la próxima, habrá que evitarlo.


Seguimos ganando altura poco a poco y al llegar a la senda del páramo de la vega (señalizada) se alcanza el punto más alto de la ruta. Ahora llaneamos por pistas y caminos en bastante buen estado para llegar a lo que bien podría llamarse el balcón de Perales; lástima de niebla que nos privó de las vistas.


Desde este punto y hasta la Vía Verde del Tajuña, se pierden casi 200 metros de altura en poco más de 1 kilómetro. Hay que tener cuidado pues la pendiente es muy fuerte y la gravilla de la pista no da mucha confianza. Una vez abajo iniciamos un nuevo bucle de subida-bajada, por aquéllo de que se nos quedaba un poco corto el recorrido.



Las fotos aquí.