domingo, 27 de noviembre de 2011

El Carril del Gallo

Domingo ideal para la práctica del mtb: fresco pero soleado y con el viento en calma. Lo único claro a priori para la salida de hoy era que partiríamos y acabaríamos en Cercedilla, pero lo que pasara entre medias ya se vería sobre la marcha.

La mayoría de posibilidades pasaba por subir el Puerto de la Fuenfría, así que p'allá que vamos. Comenzamos por el empedrado Camino Puricelli, de suave pendiente salvo en su parte final, dónde enlaza con el Camino de los Campamentos con un fuerte repechón.

En los siguientes 4 kilómetros la pista se empina un poco más, pero suaviza al llegar al fondo del valle y cambiar de vertiente. Tras unas arretrataúras en el Mirador de los Poetas y después de hacer un poco el ganso en el reloj de arena de la Pradera de Navarrulaque, alcanzamos el alto.

Parada y fonda. Tocaba decidir hacia dónde tirar. Descartamos el Schmid (por lo transitado) y elegimos el Carril del Gallo. ¡Vaya sendero chulo éste! Tiene de todo: piedras, raíces, saltos, tramos rápidos y, hoy especialmente, mucha agua, que lejos de ser un obstáculo, añadía un aliciente más al recorrido.

En la pradera de Navalazor acortamos hacia la izquierda por un inclinado camino roto y suelto que nos depositaría en la pista del Arroyo Minguete más contentos que unas castañuelas.

El descenso del Gallo nos había dejado las extremidades superiores un poco tocadas de tanto sujetar el manillar, así que por eso de la igualdad y la no discriminación, pusimos a trabajar al tracto inferior, primero en la dura subida por pista hasta la Fuente de la Reina, y luego en el tramo más llevadero hasta coronar de nuevo la Fuenfría.

La bajada hasta Cercedilla fue rápida, pero no tanto. Primero porque subía mucha gente, tanto a pie como en bici, y luego porque, al llegar al Puricelli, seguimos por el Camino de los Campamentos (por eso de no repetir), el cual nos sorprendió con un par de duras rampas que no nos esperábamos.

Y aquí el (extraño) track:

domingo, 13 de noviembre de 2011

Rivas - Campo Real

El tiempo (meteorológico) anda un tanto revuelto por la zona de la sierra. Lástima. Parece que se nos resisten esas etapas montañeras que tenemos pendientes. Pero bueno, todo se andará. Como dicen por ahí (sí, sí, ahí mismo), hay más días que longaniza.
Míguel ha recibido por fin la equipación pseudo-oficial del grupo, la que nos agenciamos estas vacaciones en la Toscana, pero para la foto de familia tendremos que esperar al buen tiempo, o al calentamiento global, lo que antes suceda.
Cinco bikers partimos desde la laguna del Campillo: Jesus, Míguel, Paco, el que 'susescribe' Puchi y Rubén, huido vilmente de su casa por ciertos problemas con un tal 'suped-datón'. La idea era realizar una mezcla de esto y esto otro, pero como siempre, los ajustes temporales (cronológicos), nos obligaron a recortar y la cosa quedó muy parecida al primer 'esto'.
Cruzamos el Puente de Arganda, un tramito de carretera y nos desviamos a la izquierda hacia la granja avícola. Tomamos el camino de Valdeoliva, que primero sube y luego baja (lógico) hasta la A3. Subimos de nuevo hasta el circuito de motocross y nos adentramos en la Dehesa del Carrascal. Remontamos por una trialera que ya no lo es tanto hasta el área recreativa; giro a la izquierda y, tras cruzar dos carreteras, bajada trialera muy chula por el arroyo Valtierra.

A Campo Real se llega subiendo. Nos entretenemos un rato tirándonos por las cuestas, aunque están bastante deterioradas por la acción del agua y las motos, y sin más acometemos la larga bajada hacia Arganda: primero por el estupendo sendero del cauce del río seco, y luego por pista.

domingo, 6 de noviembre de 2011

La sierra de la Cuerda de la Parada

La ruta se inicia en el Mesón El Puerto, junto a la presa de San Juan, punto de partida habitual para recorrer la Cuerda de la Parada y sus alrededores.

Empezamos por el cortafuegos que sale por detrás del bar y tomamos la pista de la izquierda, que bordea el embalse ofreciéndonos unas vistas espectaculares.

Superada el área recreativa Lancha del Yelmo nos desviamos a la izquierda. La pista empeora; la lluvia de días atrás ha dejado sus huellas (profundas) en el terreno y hay que estar atento a los regueros y surcos del camino.

Enseguida abandonamos la pista atravesando una barrera y el camino se torna más salvaje. Se nota menos pisado y en algunos tramos la hierba lo ha invadido por completo. Al llegar al cortafuegos nos encontramos una barrera doble que pasamos por debajo. El camino gira a la derecha y se empina que da gusto ¿? hasta alcanzar la pista 'principal'.

A la altura de la casa forestal nuevo giro a la derecha para iniciar una ascensión que nos conducirá hasta el punto más alto de la ruta: el collado de Cuerda Verduguera.

En lo alto, al abrigo del fresco viento del norte aprovechamos para tomarnos un respiro (bueno, un respiro y una barrita, que no sólo de aire vive el hombre).

Nos espera un tramito de pista de grava compactada hasta la carretera que va a Robledo de Chavela, pero antes de llegar atajamos por una torrentera, muy empinada en su entrada y más llevadera después.



Justo enfrente de donde esta carretera se une con la de los pantanos se adivina un caminillo que pronto se convierte en una estrecha senda con un surco central que hace muy difícil mantenerse en la trayectoria correcta.

Así llegamos a Navas del Rey, población que atravesamos tranquilamente para dirigirnos hacia el embalse de Picadas.

Tras un primer tramo de asfalto (en el que hacemos unos relevos, ¡hay que joderse!), la pista baja rápidamente hasta el embalse, que retiene las aguas del Alberche en un estrecho cañón recorrido por una transitada vía verde que lleva hasta la presa.