El día de la negación

Otro domingo más. Hemos renunciado a salir a la sierra (que es lo normal en este tiempo) porque Jesus y Javi tienen comida familiar, así que para Rivas. Quedamos en el cruce del carril bici de San Martín con la Cañada a las 8:45; Jesús y Puchi desde Vicálvaro y Javi desde Getafe (el lugar equidista de los puntos de partida, así que nadie hace esfuerzo de más).
Nos decidimos por los cortados, pero esta vez los de las urbanizaciones de Rivas, a ver si damos con una trialera por la que se tiran los del MTB Rivas. Primer NO del día: aquello está empinado de coj... y el terreno seco, seco, seco, y para bajar “esquiando”, más seguro hacerlo a patita.
Seguimos por un camino pasando por debajo del puente de hierro para rodear el cortado y segundo NO del día: -Por aquí no se puede pasar, esto es una finca privada- nos dice un “paisa” desde dentro de una Land Rover.

Pues nada, tiramos para casa, pero como es pronto decidimos averiguar si hay un paso por entre los ríos Manzanares y Jarama hacia la Presa del Rey. Y resulta que NO lo hay. Senderito, senderito, pero acabamos donde empezamos.
Ya de vuelta por el camino de Vallecas, Jesus nos trae a todo trapo, Yo casi haciendo la goma, sacando fuerzas de dónde no tengo y recuerdo que apenas he desayunado. ¿Será por eso que me ha costado tanto?.
Parando a rellenar los bidones de agua en la fuente del Cerro de los Angeles, coincido con un par de conocidos de hace años y me comentan que están en un grupo de mtb, se llama Taivilla MTB, quedo con ellos que algún día haremos una salida juntos.

Salida para ‘desengrasar’

Hoy hace siete días que terminamos nuestro ‘descerebrado’ periplo por el Camino de Santiago, así que nos disponemos a salir como cada domingo.

En principio, sólo Javi y Puchi, puesto que tenemos dos bajas: Miguel, ¡ánimo! Y que todo salga bien para tenerte rápidamente entre nosotros. Y Jesus, que este domingo acomete tareas en el ámbito de la reorganización espacial del inmovilizado casero con el fin de facilitar el tránsito de los operarios encargados de enlucir los paramentos verticales y cenitales de la suya morada. ¡Ahí es ná!
Quedamos prontito, por aquello del calor, en el cruce del carril bici de San Martín con la Cañada Real. Decidimos dar la vuelta a los ‘cortados’ y charla que te charla subimos La Marañosa como si tal cosa. Parece como si las piernas fueran ‘sobradas’, como si dijeran: “Esto no es lo normal, ¿dónde están las rampas del 20% de los últimos días?”.
Al girar en la rotonda de la Warner, el viento nos castiga de cara, pero lo sobrellevamos, nos queda el consuelo de que cuando tomemos la otra vertiente nos dará de culo. Y llegamos al final, nos separamos en la depuradora y cada uno por su lado. Una salida muy agradable, 56 km y a las 11:30 entrando por la puerta de casa.

cuarta etapa de los descerebrados

Cuarto día de pedaleo. Nos levantamos en Portomarín con las piernas un pelín (sólo un pelín?) castigadas por el esfuerzo de la tercera etapa. Los 93 km del día anterior no nos afectaron psicológicamente (en principio debían haber sido 73, pero ya se sabe, en el Camino los kilómetros son de mil y pico metros y las subidas, tendidiñas cuando se suben en un 4x4) porque habíamos decidido llegar hoy a Santiago; esto es, teníamos por delante (en teoría) 93 km pero con la escala del Camino, al final del día se convirtieron en 100.

Recibimos dos sorpresas a la hora del desayuno: la primera cuando, sin pedir nada, nos pusieron en la mesa bollos, pan, mantequilla, mermelada, zumo, etc., y la segunda cuando nos cobraron 10€ a cada uno por ello (pensábamos que estaba incluido en el precio de la habitación).

Y para empezar, lo normal: a los 2 minutos de estar montado en la bici, una rampa de 200 m al 15% (por lo menos). Subiríamos más de una de estas a lo largo del día.
A media mañana paramos en Palas do Rei (almendras, , (un pueblo muy bonito) a repostar biocombustibleplatanos y acuarius) y reponer fuerzas.

Justamente y sin estar planificado llegamos a la hora de comer a Melide, un gran pueblo donde se encuentra la famosa pulperia "Casa Ezequiel". Así que, acomodamos las bicis en la parte trasera de la pulperia, pedimos mesa y al ataque, un buen plato de pulpo, con su ensalada de acompañamiento, buen pan, buen vino, buen apetito. Para acabar nos tomamos un café de puchero con chorrito de orujo ¡¡¡riquísimo!!!.
Nos proponemos no abandonar el camino y así evitamos la “comodidad de la carretera”, es el último día y hay que dar el todo por el todo, la etapa es un auténtico rompepiernas, subidas muy duras en algunos casos y bajadas no tan a tumba abierta como quisiéramos, ya se sabe, en los caminos te puedes encontrar cualquier cosa, piedrolos, raíces, un río….
Los kilómetros van cayendo casi al mismo ritmo que las fuerzas y de manera inversamente proporcional a las ganas y la ilusión por llegar.

A falta de 12 Km para llegar al Monte do Gozo paramos a tomar una coca-cola y cometemos el error de preguntar qué tal es el terreno hasta el Monte; como siempre, una subidiña de unos 20 metros muy dura y lo demás tendidito; nada de nada, la subida muy dura era de 200 metros y lo tendidiño fueron los 3 últimos Km., el resto duro de coj…...En fin, como dice el refrán no hay mal que 12 Km dure y llegamos al monte, monumento con relieves de gran formato que miran a Santiago, no conseguimos ver la Catedral desde ahí; fotos, descansito y nervios por llegar al destino; aquí coincidimos con un grupo que venían de hacer el camino pero por la cornisa cantábrica, eran de Málaga y nada más llegar se fumaron un peta bien rico, unos cachondos. Bajada a Santiago, ya estamos, callejeamos, casi nos perdemos, menos mal que nuestros guías y rastreadores (Puchi y Javi) nos llevaron a buen puerto.

Por fin llegamos a la plaza del Obradoiro, justo al centro de la plaza. Hay un montón de gente, peregrinos, turistas, bicigrinos….un cielo azul nos recibe y la emoción nos embarga, abrazos y mucha alegría, cada uno con un montón de cosas en la cabeza pero todos con el mismo fin, hacer el CAMINO, hemos cumplido un reto y un sueño.

Nos hacemos la foto de rigor, es decir, foto levantando la bici (cargada, por supuesto) por encima de la cabeza, esta maniobra resulta un poquito complicada teniendo en cuenta el peso de la bici, los Km’s que llevamos encima y los días que llevamos pedaleando, pero el Santo nos echó una manita y lo hicimos, enseguida nos vamos a poner nuestro último sello y a por la compostelana, hay una espera de unos 30 minutos, en la cola hay gente de todas las nacionalidades pero la anécdota fue la llegada de una mujer ¿inglesa?,¿norteamericana?, no lo se, el caso es que Miguel comenzó a hablar con ella y ésta le comentó que ese día había hecho 51 Km andando y además era su cumpleaños, cumplía 51 años; Miguel, que es un cielo de tío, empezó a cantarle el cumpleaños feliz y todas las personas que estábamos alrededor le seguimos, ese es el espíritu del camino, la solidaridad entre gentes de todas partes del mundo.
La mujer se emocionó un montón y agradeció el gesto.

Con la compostelana en la mano, solo nos faltaba conseguir alojamiento y a las horas que estábamos parecía pelín complicado conseguir algo bueno, bonito, barato y céntrico. A 30 metros encontramos el hotel que buscábamos, al ladito de la catedral, una pinta de miedo, las habitaciones perfectas, todo genial, además nos guardaban las bicis en un local; solo le faltaba lo de barato pero quién dijo miedo, nos lo merecíamos. Ducha relajante y a cenar. Entre el maremagnum de restaurantes dimos con uno que al final resultó muy bien, nos aplicamos unas raciones variaditas y nuestras correspondientes estrellas de Galicia; acabamos y nos tomamos una copa en un local cercano, volvimos a coincidir con los malagueños que, como no, confirman su estatus de cachondos mentales y grandes fumadores de petas.
El domingo por la mañana vamos a hacer unas compras, algunos regalos para los niños, unas empanadas….. Javi y Miguel se van al aeropuerto a por los coches que nos devolverán a Madrid, un par de Seat Altea. El viaje largo, pero con la sensación de haberlo pasado muy bien y con ganas de montar otra excursión.
I do.

“No me gustaría dejar de reproducir los amenos diálogos que manteníamos durante las largas horas de pedaleo:

Día 1: - Qué paisaje más bonito, qué gozada. – Está chulo esto, eh? – Qué pueblos! – Venga con la cuesta, que la subimos, ánimo chicos. Etc, etc, etc.

Día 4: - Estoy de la mierda de vaca hasta los coj... – Pero que pestuzo, ¿esto es la ‘esencia’ del camino? – Pero qué manía con hacernos pasar por los pueblos para luego salir otra vez al camino. - ¿20 metros de subida tendida? Será cab... el tío. Bajamos y le partimos la cara. Etc, etc, etc “

tercera etapa de los descerebrados

Comenzamos la tercera etapa en la Portela de Valcarce y como ibamos a pasar por Ambasmestas, decidimos desayunar allí, ya que el día anterior cenamos muy bien. Llegamos y estaba cerrado pero el muchacho muy amable nos reconoció y abrió para poder desayunar y coger fuerzas, porque a partir de ahí empezamos a subir al O'Cebreiro (por cierto al comenzar el día volvimos a ver a unos portugueses que pasamos el día anterior, al entrar en la Faba, aunque ya fue la última vez).

La subida fue larga pero constante, a ritmo, tuvimos un par de dudas en el camino pero enseguida orientamos nuestras ruedas, llegamos arriba y sellamos en la Iglesia, el paisaje es alucinante, tomamos un refrigerio y a seguir dando pedales, nos encaminamos al puerto de San Roque, otra subidita, más corta pero intensa, aquí hubo piques varios, creo que la peli es como sigue: un grupo se nos acerca al comienzo de la subida, uno de ellos nos pasó, parecía que se comía la cuesta, Puchi le cogió la rueda, Miguel iba tras ellos y Jesús y Javi un poco más atrás; hacia la mitad de la subida Puchi pasa al "comedor de cuestas" que no consigue seguirle la rueda, a Javi le quiere pasar otro del grupo, imposible, sacó la mirada del tigre, bajó dos piñones, se pusó de pie y con dos co... le sacó de rueda; simultáneamente, viendo que Puchi distanciaba al "comedor", Jesús decide tirar fuerte y redondear la faena, coge al "comedor" y le pega una pasada, me encanta, esto desmoraliza al más pintado. Con los descerebrados no se juega.

Pasamos San Roque y acabamos de subir do Poio 1.335 metritos de nada, sin más novedades nos encaminamos a Portomarín. Después de unos kilometros de bajada nos metemos ya en el camino original dejando el asfalto, estos kilometros de bajada por el camino acaban con las pastillas de freno.

Paramos a comer en Samos un bonito pueblo con un gran Monasterio. Comemos en la taberna o'Gayo, muy bien y nos guardan las bicis. Seguimos ruta por camino y en los sitios menos insospechados, te encuentras una máquina de Coca-Cola (que por cierto,viene muy bien, fresquitaaaaaa!!!!!!!).

LLegamos a Sarria a sellar en el albergue y nos dice el paisano de turno que por la hora que era si teniamos pensado llegar a Portomarín, que llegariamos de noche, total que a mitad de camino decidimos llamar para reservar el alojamiento, (el paisaje es alucinante y los kilómetros van pesando, en alguna aldea preguntamos cómo es el terreno que nos vamos a encontrar y nos dicen que hay alguna subidiña, pero cosa de poco, en fin, descubrimos que los kilómetros en Galicia tienen 1.200 metros y las subidiñas las "suben" por lo menos con todoterrenos. Llegamos al hotel, estiramos un ratito (de los mejores momentos del día, hay que ver los ruiditos que uno hace cuando estira y los músculos te duelen) ducha, paseo y cena, hay que recuperar fuerzas; por supuesto que no falten unas Estrellas de Galicia. Nos falta la última jornada, estamos decididos a llegar a Santiago el sábado Todo se andará.
I do.

segunda etapa de los descerebrados

Buenas y frescas noches, nos hemos levantado y nos hemos encontrado con la sorpresa de que hemos dormido en la cama dónde durmió el "cordobés" en el mes de septiembre; no sabemos quién ha sido el "afortunado".

Salimos de Rabanal a las 9:30, un poco tarde pero....más vale tarde que nunca. Empezamos subiendo el puerto hacia la cruz de hierro con el miedo en el cuerpo y resulta que somos unos hombretones porque hemos llegado muy sobrados a la cruz donde nos hemos hecho fotos, hemos dejado las piedras con nuestros deseos y depués hemos disfrutado de una bajada descomunal de 15 Km. 

En el pueblo de Acebo, en pleno Bierzo, hemos conocido a Josefina, personaje pintoresco y agradable con la que nos hemos hecho unas fotos. Ha vivido en Madrid 43 años en Valdeacederas y no va a volver a Madrid nunca más, no nos extraña, vive como una reina en su pueblín, sin alergías ni rollos.

  Hemos comido en Cacabelos, por cierto, sin pena ni gloria, sin comentarios, una mierda de sitio, sin paños calientes. Y así, nos hemos liado, nos hemos liado y hemos reservado en un Hostal, justito enfrente de un club muy sospechoso, entran y salen chicas muy sospechosas de ser familiares de camioneros muy sospechosos también.

Hemos cenado muy requetebien en Ambasmestas, a 12 kilómetros de Piedrafita; mañana entramos en Galicia y nos vamos a comer todos los pulpos que encontremos (Miguel ya lleva 4 pulpos enganchados en las alforjas).
Mañana más y mejor, esto, esto,esto es todo amigos.....

I do.

Primera etapa de los cuatro descerebrados

Por fin, hemos conseguido conectarnos con el mundo.
Comenzamos con la llegada a León, mucha lluvia, lo que se dice llover a mares.
Como era de esperar no dimos con el hotel a la primera y tras preguntar a varios paisanos llegamos sobre las 23:15; cenamos cecina y otros embutidos, regado con una cervecita de la tierra.
Miércoles 10 de junio del año de nuestro señor de 2009

Madrugamos un montón y salimos de León a las 12:00, entregar los coches en la estación de ferrocarril (por supuesto nos perdimos); recoger las credenciales en... no recuerdo dónde, visita a la catedral (preciosa por cierto), rezo del padre nuestro incluido (el que se sabía el moderno pues ese y el que no, el antiguo), cuando nos pusimos a buscar las flechas amarillas y las hicimos coincidir con el GPS de Puchi, nos dieron las tantas.
La ruta: todo el "santo" día con viento de cara, esto machaca física y psicológicamente.

Paramos a comer junto al río Órbigo, en Hospital de Órbigo, estaban en fiestas y tenían preparado un campo de justas medievales, muy chulo, hemos buscado unas lanzas pero no las hemos encontrado. Degustamos un menú típico leonés; lengua curada, sopas de pan con pimentón y trucha y de segundo tostas de jamón, todo muy rico y saladito, por la tarde nos hemos bebido el río Órbigo y sus afluentes. Parada en Astorga para sellar y tomar una coca-cola y del tirón hasta Rabanal del Camino, la casa rural está muy bien, mejor que nuestros culos después de siete horas en la bici (de pedaleo cinco, número de fácil rima).
Nos despedimos hasta mañana si es que nos podemos conectar. Intentaremos colgar alguna foto de las 3500 que hemos hecho.

I do.

Últimas sensaciones

Ya empiezan las mariposillas en el estómago a revolotear, y encima viendo las alforjas como crecen de tamaño y de peso. Que si nos falta tal, que si nos falta cual, que si nos falta Pascual.
Las sensaciones ahora mismo son como que las piernas no tienen fuerza para sujetar mi peso.

Mañana por la tarde recogeremos los coches y los llenaremos de bicis e ilusiones rumbo a León.
A partir de mañana, iremos publicando nuestras experiencias de cada etapa.

Por qué este blog

Este blog ha sido creado por Iván para que su padre, Javi, su tío, Jesús, y un par de descerebrados más,Puchi y Miguel compartan sus experiencias e impresiones sobre una pequeña aventura que comenzará el próximo día 10 de junio, el Camino de Santiago (en bici), bo camiño, que dice nuestro patrón.
De momento aún seguimos con los preparativos, preparando lo que tenemos que llevar y es absolutamente imprescindible; itinerario, reservas, transporte....
Mañana hacemos una prueba "con vesturario", salimos con las alforjas llenas; de ilusión y peso. Ya veremos como regresamos, ganas no faltan.
I do.