domingo, 27 de mayo de 2012

"Trialerando" por Bustarviejo, Valdemanco y Navalafuente

Hoy la cosa va de piedras. Lo teníamos pendiente. Madrugamos un poco más de la cuenta para no regresar muy tarde a casa y por aquello del calor, aunque al final la temperatura durante todo el recorrido ha sido la ideal.
Salimos de Navalafuente. Los primeros 9km son "tó p'arriba" pero bastante llevaderos, salvo el primer tramo más arrugado del camino de las Viñas. Llegamos a la zona de La Isacera en Bustarviejo desde donde afrontamos la primera bajada del día (y a la postre la más disfrutona de todas).
Ésta se puede dividir en dos partes: primero un rapidísimo sendero por el pinar que ¡mooola que te cagasss!; y luego, tras un paréntesis pistero, otro tramo más "roquero" por el arroyo de Cargüeña hasta el viaducto del tren.
Cruzamos la M631 y tenemos por delante 7km de enlace por caminos, senderos y pista hasta coronar el Medio Celemín. El día está totalmente despejado y el panorama rocoso de la zona es espectacular.

Nos preparamos para la gran bajada final (es un decir, pues de preparación, nada de nada; además, al único que usa protecciones del grupo, Paco, se le olvidaron en casa, y bien que las echó de menos) sólo interrumpida por el municipio de Valdemanco y por un tramo pestoso de subida por grava a la altura de las canteras de granito.
En líneas generales, la bajada es bastante técnica, con grandes losas, piedras fijas, piedras sueltas, roderas, trincheras y un tramo (el de entrada a Valdemanco) que pone el listón demasiado alto para nosotros. Pero al final el haber supera ampliamente al debe y todos acabamos contentos.
P.D.: Curiosamente, las caídas de hoy han sido inversamente proporcionales a la edad de los "sufridores": Pakito se ha pegado un buen costalazo en una bajada ciega muy empinada que nos ha pillado por sorpresa. ¡Para un día que no lleva protecciones! Míguel ha tenido un par de resbalones en zonas de profundas roderas. Puchi ha hincado la rodilla en una trinchera. Y Jesus por lo que se ve, no llevaba papeletas para este sorteo, pues no ha mordido el polvo ni una sola vez.

 

domingo, 20 de mayo de 2012

Rivas, el cerro del Telégrafo y sus trialeras

Anuncian lluvia (¿pero no había entrado ya el verano?) y nos vemos obligados a cancelar la salida serrana. Acordamos nuestra típica ruta hacia Rivas y los cortados de El Piúl, de los que siempre queda un nuevo sendero por descubrir.

Partimos de Vicálvaro Míguel y Puchi hacia Santa Eugenia, ensanche de Vallecas, camino de Valdecarros y nos encontramos con Paco en el cruce con la Cañada Real.
Nos arriesgamos por el camino de Salmedina que, afortunadamente, está bastante bien a pesar del agua caída en la jornada de ayer, pasamos Protección Civil y ya en Rivas bordeamos los cortados de El Piúl hasta las faldas del cerro del Telégrafo.

Aquí filmamos unos saltos (aunque hemos de reconocer que en esto del "lado oscuro" estamos aún muy verdes). Coronamos el cerro (inédito). Desde arriba se ve todo muy bien: el cerro Almodóvar, al lado de nuestra casa, está ahí mismo y, sin embargo, hemos recorrido 30km para llegar aquí.
Después de unas fotos nos tiramos para abajo por una senda muy empinada y pedregosa. Al cruzar la pista el sendero se acelera con unos divertidos peraltes y se estrecha hasta llegar a la orilla del Jarama, completando una entretenida bajada.

Sin más nos disponemos a emprender la vuelta subiendo por un tramo trialero al alcance sólo de unos pocos elegidos. Luego abandonamos la pista a la altura del vértice geodésico del Campillo acortando el recorrido por un imperceptible sendero que conduce directamente al cerro de La Luna.
Las nubes nos amenazan con un amago de aguacero pero salimos del lance con apenas unas gotas en las gafas. De nuevo en la Cañada Real, cada mochuelo a su olivo, para llegar a casa a una hora bastante prudente (por aquéllo del bonobici, no vaya a ser que...).

domingo, 13 de mayo de 2012

La ruta de Los Peirones en Villarejo de Salvanés

Llegó el calor. Y nos ha pillado casi desprevenidos. La marcha de Santa María de Los Peirones tuvo lugar hace un mes en Villarejo de Salvanés pero nosotros, poco amigos de las aglomeraciones, la realizamos hoy.
Pista, camino y unos cuantos "puntos calientes" en forma de duras rampas y empinadas bajadas para atraer al personal. Partimos desde la fábrica de galletas y cruzamos la A3 para rodar por asfalto en busca del primer bucle del recorrido. Éste consiste en rodear el cerro Colorado y contiene la primera bajadita, con su correspondiente subidita, interesante.
Desandamos lo andado por el camino del Mojón del Rey pero antes de llegar a la A3 nos desviamos a la izquierda por un camino en descenso que poco a poco se va deteriorando hasta convertirse en sendero. El "flow" queda interrumpido bruscamente por un rampón (unos 150m) prácticamente imposible de ciclar, tanto por el desnivel como por lo profundo de las roderas que han dibujado en él las motos.
Una vez superado el obstáculo, seguimos disfrutando de la bajada trialerosa hasta el camino de la Fuente del Rey, en el que un pinchazo rebelde nos tiene parados más tiempo del deseado. Tras la pausa remontamos durante 1km, e iniciamos un largo descenso hasta el punto más bajo de la ruta, donde cruzamos la A3 por un túnel ciego.
La subida al cerro del Parralejo empieza suave pero poco a poco la pendiente va aumentando, con unos 500m finales al 15% demoledores. Además, parece que se ha hecho el vacío a nuestro alrededor: la poca brisa que nos aliviaba del calor ha desaparecido por completo en este barranco y, arriba, el termómetro marca 40ºC ¡Uf, que calooooor!
La recompensa viene en forma de bajada, primero por un pequeño tramo trialero y luego por rapidísima pista hasta el arroyo de Valdecañas. A estas alturas ya estamos pensando en acortar (el agua -y la fuerza-  empieza a escasear y el calor -y el cansancio- va en aumento). Para rematar la faena queda la dura subida a Peñas Gordas, donde más de uno recibimos la puntilla. Dejamos para otra ocasión (más fresquita) el bucle final para completar esta interesante ruta.


Y el track:

domingo, 6 de mayo de 2012

Rifirrafe en la Cuerda de la Parada

Hoy venimos a esta ruta como invitados. Que si montas; que si meto... rueda; que si corremos; que si tal; que si cual. En fin, que a través de Jesus realizamos esta kdd con un grupo de gente con nuestra misma afición: deleite y disfrute del mtb.

Estamos expectantes pues no sabemos con el nivel que nos vamos a encontrar, aunque rápidamente salimos de dudas al vernos relegados a la cola del pelotón viendo cómo se hacían pequeñitas las siluetas de nuestros acompañantes.
A los pocos kilómetros Javi, aún en plena fase de recuperación, decide inteligentemente darse la vuelta y realizar un recorrido “más suave” por la zona y esperarnos luego en los coches.

Apenas llevamos 8km cuando Jesus y Puchi empezamos a regular (menos mal que Pakito aguanta con los de cabeza). Hemos circulado hasta ahora por la pista más cercana al embalse de San Juan y al río Cofio. Alcanzamos al grupo en el cortafuegos (nos esperan, más bien) y descendemos por él acumulando rápidamente 100m de desnivel.
Estamos en lo más profundo del valle y, por lo visto, la intención es subir a lo más alto de la sierra, así que armados de paciencia nos disponemos a afrontar los 10km de dura subida primero por el camino del Vado de las Vacas hasta la pista principal, luego por ésta hasta la carretera para finalmente coronar en el collado de Las Cuatro Tablas por el GR-10.

En lo más alto se podría pensar que ya todo es para abajo pero esta zona es traicionera y los caminos dibujan un perfil en forma de dientes de sierra que obligan a dar muchos pedales y claro, yendo como vamos...
Llegamos a la pista que sube a (o baja de) las antenas y en apenas un kilómetro la abandonamos para acortar por una trialera que ya conocemos. Los de delante se pasan el desvío (¡claro!) pero da igual: “todos los caminos conducen a Roma”.

Acabada la diversión Jesus decide tirar la toalla, pero es engañado, es decir, convencido por nuestros animosos amigos para continuar: -Si ya queda poco y casi todo es cuesta abajo.

La verdad es que quedaba poco, sí, y “casi” todo cuesta abajo, sí. El “casi” fueron 2km de subida trialera en la que dejamos las pocas fuerzas que nos quedaban (Pakito por delante, eso sí, manteniendo bien alto el pabellón PePedalero).
En los coches nos esperaba Javi, que también se había subido sus cuestas, pero a un ritmo más civilizado. En fin, muy agradable la experiencia. Hemos compartido pedaladas con un grupo estupendo (Julián, Jose, Juan Carlos, Antonio, Ángel y demás), gente maja y muy preparada tanto física como técnicamente, ¡Y 15 AÑOS MÁS JÓVENES!




sábado, 5 de mayo de 2012