Increíble jornada la de hoy. Todo a lo grande. Empezando por la participación: seis aguerridos
bikers nada menos -¡esto va tomando cuerpo!-. El recorrido es muy, muy divertido, con dos o tres senderos de los que hacen afición. Y el frío, que aunque en principio no era mucho, se vino arriba ayudado por el viento, que se dejaba notar con fuerza cuando el terreno se abría.
Aparcamos los coches, como siempre que venimos aquí, en la zona baja de Valdemorillo, con salida casi directa hacia el Camino de Robledo de Chavela. El primer kilómetro es
durete, con una pendiente constante del 10%, que nos permite entrar en calor.
Dejamos la pista por la izquierda para adentrarnos en una zona de bonitas praderas, con caminitos y senderos divertidos. Antes de llegar a Fresnedillas viramos hacia el norte. A partir de aquí poco a poco ganamos altura, atravesando amplias dehesas hasta las inmediaciones de Zarzalejo.
En las Lagunas de Castrejón comienza otro de los tramos
chulos de la ruta, la Colada de la Crucijada. Es un sendero revirado en suave descenso (aunque te obliga a dar pedales si quieres ir realmente rápido) largo, largo y con un par de saltos al final
que te dejan con ganas de más.
Cruzando la pista un poco más arriba, ya estamos en el lío otra vez. Ahora por la Colada de Fuentevieja, similar al anterior pero en un entorno más bonito si cabe. Después del disfrute,
saltamos la M600 y volvemos al
pisteo. Estamos cerca del embalse de Valmayor, circulando por la Vereda de los Vaqueros, que a medida que nos acerca a Valdemorillo se va
asilvestrando hasta el cruce (de nuevo) de la M600, con un paso
pedrolero un poco más técnico.
Para terminar, decidimos hacer un bucle por la urbanización Pino Alto -con la promesa de un nuevo sendero-. Sin embargo, una valla con candado nos corta el rollo así que no queda otra que buscar la carretera para acabar esta completísima ruta rompepiernas por los alrededores de Valdemorillo.
Más
fotos aquí.
Y el
track:
