La semana pasada tocó
carne, esta toca
pescao. La de hoy es una ruta que
ya hemos hecho (al navegante se le agotan las ideas...), pistera y rodadora con el
picante final de la subidita al Cerro del Viso; y la vuelta por el mismo sitio.
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Es más empinada de lo que parece |
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Puente sobre el Jarama |
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Con el cerro en el punto de mira |
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El castillo de Aldovea |
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Pues nada,
carreterita de Coslada, parque del Esparragal, cruce de la Cañada Real, cerro de La Herradura (
¡bajadote adrenalíticooo!), la Chopera, el castillo de Aldovea, la ribera del Henares, el puentecillo
desvencijao, el camino
chulo por la falda del cerro, el tiro con arco, el "por aquí no se puede pasar", el "basta ya de poner puertas al campo", y... comienza el tramo
interesante de la jornada.
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La ribera del Henares |
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El puente desvencijao |
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Faldeando hacia adelante |
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Faldeando hacia atrás |
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La subida al Cerro del Viso es corta pero intensa (por este lado). Se ganan 200m de altura en 2km (echad cuentas) sin descanso alguno. Así que cada uno coge su
marcheta y vamos coronando: Primero Puchi, al momento Jesus, luego Alfonso y luego..., y luego..., ¡riiing, riiing! Miguelo, que ha roto el cambio. Bueno, que la patilla está más retorcida que el cerebro de un psicópata.
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En todo lo alto |
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Sí, al fondo se ve Vicálvaro |
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Cortamos y convertimos la
mtb en una preciosa
fixie, pero la cadena se encaja en el plato grande y el piñón pequeño y, claro, aquéllo no hay quien lo mueva. Establecemos el
punto de evacuación en la estación de cercanías de La Garena que sobre el mapa (y en línea recta) no queda lejos. Sin embargo al llegar al lugar donde se supone que podríamos cruzar el río... ¡sorpresaaa! Es la entrada/salida de una finca particular y la verja está tan concienzudamente construida que ni los caracoles pueden pasar.
Miguelo salta, Alfonso salta y, con la ayuda de otro
biker que quiere entrar, pasamos todas las bicis. Pero cuando le toca el turno a Puchi... ay, ay, ay... que no, que no y ¡que no! En ésas estábamos y va y aparece el dueño de la finca en su 4x4. Menos mal que el tío era
enrollao. Apenas se mosqueó y tras las advertencias de rigor abrió y pudimos salir ¡por la puerta grande!
Ya en la estación y con el bajón del momento, decidimos regresar todos en el tren y ahogar nuestras frustraciones en alcohol.
¡P'habernos matao, oiga usté!
Y el
track: