domingo, 12 de junio de 2011

Vuelta a los cortados


Hoy no salimos a la sierra (snif). Tenemos restricciones horarias que cumplir y hay que resignarse. A las 8:00 los tres mos..., los tres de Vicálvaro enfilamos hacia Santa Eugenia bordeando el cerro Almodóvar. Atravesamos el PAU hacia el camino de Valdecarros, inusualmente frecuentado a estas horas, es decir, botellón, botellón.

En el cerro que otras veces ha sido pista de despegue para las maquetas de aeromodelismo, se apelotonan los coches, los cuerpos y el alcohol (eeeeey, coleguitaaaaas). Nosotros a lo nuestro. El paso por debajo de la M50 está imposible. Y Jesus y Puchi van de estreno, por lo que remontamos un poco hacia otro paso. Pinchazo. Éste, además del gran charco de barro, tenía un coche "plantado" en medio, engullido por las circunstancias.

Pues nada, será por pasos. En el del camino del Congosto no hay barro pero hay coche (perdón, perdón, sigan a lo suyo, nosotros no hemos visto nada, ¿eh?). Cruzamos. Superada la escombrera recuperamos el camino de Valdecarros a la altura del paso habitual y observamos a un ciclista que suponemos que acaba de cruzar por el gran charco y está impoluto. O lo del RedBull funciona (te da aaalas) o no se entiende.

Llegamos a la Cañada Real y dudamos: carril o camino de Salmedina (presagio de grandes charcos de aguas putrefactas). Salmedina. También aquí nos cruzamos con varios bikers extrañamente limpios. A ver si es queeee ... El camino está muy cerrado, sin duda por el decreciente uso, pero charcos de lodo "radiactivo" sólo uno y pequeño, que de todas formas cruzamos a patita. Seguimos al conejo.

Camino del desprendimiento nos enganchamos a un biker que lleva un ritmo estupendo, pero cargando la bici está más ágil y le perdemos. Nada que unos buenos relevos a 30km/h no puedan remediar. Pero esos mismos relevos que nos han permitido pasar a muchos ciclistas también pasan factura a Puchi, que ya sería un lastre durante el resto de la etapa.

Subiendo La Marañosa, llevamos al susodicho en el punto de mira, 50 metros, pero no conseguimos enlazar. El lastre pesa, pero los otros se niegan a soltarlo. Sin embargo, cual si se tratara de una patada a seguir, Puchi consigue lanzar al grupo para culminar la caza. Ya habrá tiempo para recuperar en la bajada.

¡Juas, juas!, recuperar... Nos pasa un abuelo fino, fino, al que cogemos rueda. Im-presionante. Vamos, mejor dicho, va adelantando con su semiflaca a todo lo que se mueve por el carril. Ya en el Parque Lineal del Manzanares nos encontramos mucho tráfico, hasta el punto de que Miguel tiene un "roce". Suerte que el contrario/a llevaba buenos airbags.

Y para terminar, hacemos una visita a los escalones de Valdebernardo, para que a Miguel se le vaya quitando "la temblequera". Son las 12:00 y estamos donde empezamos. Por cierto, ¿hoy no hemos parado, no?

Ya queda menos para Cazorla.




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