Claro. Si es que el otro día se nos pusieron los dientes largos. Hay que reconocer que esto de El Pardo es como el pastel a la puerta del colegio: ¡adoroelkunfúúú-uúúú-uúúú! Largo, corto. Suave, duro, Rápido, lento. Asequible, imposible. Saltos, toboganes. Desafíos, ¡sííííí! Para todos los gustos y colores.
Comenzamos siguiendo un track del reputado nano flojo hacia el campo de tiro, pero el paso de alambradas, carteles de prohibido y restos de cerámica naranja, nos metió el yuyu en el cuerpo y decidimos retroceder. A partir de aquí, a nuestra bola. Enlazando los senderos que conocemos por otros desconocidos y el resultado fue genial. Total, vayas por donde vayas la diversión está asegurada.
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Y un video:
Y el track:
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