Agradable mañana para disfrutar de los innumerables senderos de la Casa de Campo. Trialeras rápidas y sinuosas, pendientes en las que es necesario meterlo todo, bajadas que dan vértigo y ... ¡la cuesta de la muerte!.
Excelente para entrenar la técnica en las subidas y perder el miedo en las bajadas. Aunque tendremos que volver; psicológicamente aún no estamos preparados para... ¡la cuesta de la muerte!.
Parte de incidencias:
- Empezamos mal: el 'porta' de Jesus ha cascado. Esperemos que lo cubra la garantía.
- Quique se pega un piñazo en una bajada y rompe el sillín. Imposible encajarlo por la fuerza bruta. Pedimos ayuda a un biker que pasaba por allí y...¡sólo le faltó desmontar la caja del pedalier!. Al final un par de bridas y listo.
- Miguel pincha al final de una trialera.
- La rodilla de Javi seguramente por el tembleque de piernas después de asomarse a la cuesta de la muerte, se resiente. Masaje reparador por parte de Miguel y como nuevo.
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