domingo, 19 de agosto de 2012

Remontando el río Jarama

Otro domingo y otra salida en solitario. Espero que sea la última, pues aunque uno tiene afición al pedal, gran parte de la gracia de este deporte consiste en compartir esos momentos (divertidos unas veces y sufridos otras) en la grata compañía del grupo. Así que... ¡apañeros PePEDALEROS, manifestaos de una vez! ¡Que se acaben las vacaciones ya!
Es curioso, pero si quieres ir de Vicálvaro hacia Coslada y San Fernando, no hay forma de hacerlo que no sea por asfalto (si algún lector conoce un camino que lo diga, lo comente y lo documente, please). Y por asfalto del malo: mucho coche, la Cañada Real, sin arcén... Pero después de 12 km de verlo todo negro, de repente, al llegar a San Fernando, se hace la luz  en forma de un espléndido paseo flanqueado por grandes chopos que garantizan sombra a cualquier hora del día y de la noche. No me extraña que estuviera tan concurrido.
Terminada la chopera, otro ratito de asfalto para retomar la orilla del río hasta la A2, la cual se cruza por Las Moreras, punto de entrada a La Muñoza y a terreno conocido. Rueda que rueda se suceden los kilómetros por esta ancha pista, amenizados con la "música" de fondo de los continuos aterrizajes y despegues. También aprovecho para ubicar la pasarela que da acceso a Paracuellos, posible paso de futuras rutas por la zona.
Superada la cabecera de las pistas, continúo recto hacia el norte por el camino de Barajas a Torrelaguna. El río sigue quedando relativamente cerca, aunque ya no lo veo. Poco a poco, el camino se va "urbanizando" para dar acceso a las numerosas fincas de la zona y, tras 25 km junto al río Jarama, lo dejo atrás con un giro a la izquierda que me conducirá en pocos kilómetros a la tapia del Soto de Viñuelas.
En el puente de madera que cruza el arroyo (de Viñuelas) paro a repostar, que ya va siendo hora. Se puede cruzar un poco antes, pero hay que mojarse los pies y no estoy por la labor. El camino de la tapia es la subidita del día con un pequeño descenso en medio que, si lo haces pegado al muro, es un sendero divertido.
El camino está muy seco y con muchos bancos de arena. Además, el calor aprieta aquí de lo lindo pues entre la baja velocidad y la protección de la tapia, el viento no se hace notar. A pesar de todo, hay bastante actividad física: caminantes, corredores, ciclistas...
A la altura del cementerio de La Paz y, tras cruzar la autopista, lo empiezo a ver todo rojo, del carril, claro está. Vuelvo a sentir el viento en la cara (es decir, en contra) y poco a poco mi cuerpo va entrando en la reserva. He parado a la altura del Colegio San Fernando para comer la última barrita pero no es suficiente. En Montecarmelo hago una parada más larga y, mientras estoy sentado en el banco, empiezo a hacer fotos al bidón (uy!, uy!, uy!).
Resumiendo, ruta rodadora con poco desnivel, el del tramo de la tapia de Viñuelas, que seguro que arropado por el grupo se sufre mucho menos.





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