domingo, 24 de enero de 2016

Senderitos de la sierra


Hoy nos hemos dedicado a enlazar senderos. Todos divertidos y disfrutones y sin apenas dificultad técnica. Todos conocidos salvo uno, por eso de no repetir. En un día casi primaveral y con un terreno mejor de lo esperado, húmedo y compacto, pero sin barro. ¡Qué más se puede pedir!


La compañía. ¿Os acordáis de Alfonso, al que un día encontramos por esos caminos, ¡¡¡y nos reconoció por ser seguidor del Grupo PePEDAL!!!? Pues aquí está, en esta ruta, saliendo de titular. Más de cinco años le ha costado decidirse a venir con nosotros. Bueno, y que conoce al último fichaje pepedalero, el otro Miguel. Bienvenido y que sea para muuucho tiempo.


¿Esto iba de senderos, no? Partimos de Cerceda, hacia la Cañada Real Segoviana. El primero de los tramos chulos comienza poco después de superar la Fuente de las Liebres, en el collado que hace de mirador a Manzanares y su Pedriza y acaba en el Embalse de Santillana. Tiene una inclinación bastante llevadera y sólo un paso más rebotón. El final se puede hacer muuy rápido.


Dejamos atrás Manzanares, la entrada a La Pedriza y Mataelpino y llegamos al siguiente sendero, el GR-10, que transcurre paralelo a la carretera, rápido y ratonero. Sólo al llegar a la urbanización Vista Real, y en este sentido que lo hacemos, en subida, presenta los dos pasos más complicados, superables con unos buenos arreones (hoy no era el día).


Apenas una bajadita y estamos en la cancela que da paso a uno de los lugares más bonitos de la sierra: la pradera del arroyo de la Angostura. Hay que verlo, sin más.

Hasta ahora, desde que pasamos por La Pedriza, no hemos hecho más que subir; es hora de bajar un poquito, por este estupendo (y desconocido para nosotros) sendero que rodea los cerros del Alto del Hilo. Aquí puedes soltar los frenos y dejarte llevar...

"Jesus: -Puchiii, se te ha caído algo de la bici.
Puchi: - Nooo. Era una piedra, que ha saltado.
Doscientos metros más abajo:
- Hostia, no. ¡Que era el GPS!
Menos mal que Jesus lo tenía controlado y pudimos recuperarlo; uff."


Por pistas, siempre picando hacia abajo, llegamos de nuevo a la Cañada Real Segoviana, ya cerca del final. Con un giro brusco a la izquierda afrontamos el último sendero para acabar esta estupenda ruta con una sonrisa de oreja a oreja.

Más fotos aquí.

P.D.: Lo del fotógrafo, hay que hacérselo mirar. En serio.

Y el track:

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