¡Ahí vá, los donuts!
Salimos de Soto por el
Camino del Pino, en dirección al
embalse de los Palancares. Peeero, la pista es aburrida, y
en habiendo senderos que conducen al mismo destino, la elección está clara, aunque sea cuesta arriba. Primero por el más facilón del PR-12, y luego por el tramo del GR-10 que bordea el Centro de Convivencias, con un paso un poco más
pedrolero en el que equivocamos la trazada.
¡Cachisss!
A Miraflores se llega por el GR-10, ahora convertido en una pista compactada, y con pendiente favorable hasta la estación. Seguimos las vías, cruzamos el viaducto y las abandonamos justo antes del túnel. Tras el repecho comienza una estupenda vereda que después de un principio un poco
pedregoso se va civilizando y nos deposita en el increíble paraje de las
Majadas de Belén.
Desde aquí se sigue el A
rroyo de Navacerrada en una vertiginosa bajada con parada en seco (?) cuando toca cruzar el río Guadalix. Como aquello no hay quien lo pase tenemos que dar un rodeo y entrar al pueblo por carretera. ¡Qué se le va a hacer!
Aunque parezca mentira, la rampa más dura del recorrido es la calle de salida de Gaudalix hacia
Los Hormigales. Cuando coronamos, las vistas de Miraflores desde aquí son espectaculares. Ya sólo nos queda otra bajadita
disfrutona hasta el
Arroyo del Endrinal y los últimos kilómetros de aburrida pista para llegar a Soto.
Todas
las fotos.
Y el
track:
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