domingo, 3 de octubre de 2010

Exploratoria por los cortados de El Piúl

Nuestras dos últimas salidas han resultado largas, muy largas: en kilómetros una y en desnivel otra. Y en tiempo (de reloj) las dos. Esta obviedad me ha hecho comprender (permitidme que hable en primera persona) uno de los conceptos que más aparecen en todo blog bicicletero que se precie: el BONOBICI.
Todos los que compartimos esta afición por salir a montar en bici los sábados o los domingos, sobre todo los que dejamos a la family en casa cuando madrugamos, tenemos un bonobici. No es algo material, otro componente que podemos encontrar en la tiendas ... Es mucho más sutil, un contrato no escrito, un compromiso no sellado, un estado de equilibrio, quid pro quo.
Pero una cosa es segura: el bonobici se descarga, y su estado de carga es inversamente proporcional al tiempo empleado en cada salida. Esto es un hecho y se puede comprobar empíricamente. Llegad algún día más tarde lo habitual, saltaros algún compromiso familiar por culpa del pedal y vuestro bonobici caerá de forma exponencial.
Pero os preguntaréis, si se descarga, ¿se podrá cargar, no? Calro está. Pero no hay un método único, cada biker tiene el suyo particular, y su eficacia dependerá de lo buen negociador que sea. O eso o darle tiempo, que dicen que "se lo carga" todo.
Y la ruta de hoy (a las 12:00 en casa):

3 comentarios:

  1. Puchi, eres un sabio, se puede decir más alto pero no más claro.

    Jesus

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  2. Me has hecho llorar. Puchi eres un crack.

    Javi

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  3. Bueno, bueno. Ahora a trabajarse a las contrarias para mantener nuestros bonobici en un estado de carga aceptable.

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