Mención aparte merece la parada en la Cruz Verde. Pudimos observar impresionantes máquinas de esas que nos ponen a los tíos a mil cuando tenemos la suerte de montarlas. Bajo las protecciones, se adivinaban chasis perfectamente esculpidos sobre materiales firmes pero a la vez delicados. Otras, las naked (desnudas), mostraban sin rubor toda la belleza de sus curvas ante nuestra atónita mirada...
Ah, también había motos pero apenas les prestamos atención.
Aquí más fotos.
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