domingo, 6 de mayo de 2012

Rifirrafe en la Cuerda de la Parada

Hoy venimos a esta ruta como invitados. Que si montas; que si meto... rueda; que si corremos; que si tal; que si cual. En fin, que a través de Jesus realizamos esta kdd con un grupo de gente con nuestra misma afición: deleite y disfrute del mtb.

Estamos expectantes pues no sabemos con el nivel que nos vamos a encontrar, aunque rápidamente salimos de dudas al vernos relegados a la cola del pelotón viendo cómo se hacían pequeñitas las siluetas de nuestros acompañantes.
A los pocos kilómetros Javi, aún en plena fase de recuperación, decide inteligentemente darse la vuelta y realizar un recorrido “más suave” por la zona y esperarnos luego en los coches.

Apenas llevamos 8km cuando Jesus y Puchi empezamos a regular (menos mal que Pakito aguanta con los de cabeza). Hemos circulado hasta ahora por la pista más cercana al embalse de San Juan y al río Cofio. Alcanzamos al grupo en el cortafuegos (nos esperan, más bien) y descendemos por él acumulando rápidamente 100m de desnivel.
Estamos en lo más profundo del valle y, por lo visto, la intención es subir a lo más alto de la sierra, así que armados de paciencia nos disponemos a afrontar los 10km de dura subida primero por el camino del Vado de las Vacas hasta la pista principal, luego por ésta hasta la carretera para finalmente coronar en el collado de Las Cuatro Tablas por el GR-10.

En lo más alto se podría pensar que ya todo es para abajo pero esta zona es traicionera y los caminos dibujan un perfil en forma de dientes de sierra que obligan a dar muchos pedales y claro, yendo como vamos...
Llegamos a la pista que sube a (o baja de) las antenas y en apenas un kilómetro la abandonamos para acortar por una trialera que ya conocemos. Los de delante se pasan el desvío (¡claro!) pero da igual: “todos los caminos conducen a Roma”.

Acabada la diversión Jesus decide tirar la toalla, pero es engañado, es decir, convencido por nuestros animosos amigos para continuar: -Si ya queda poco y casi todo es cuesta abajo.

La verdad es que quedaba poco, sí, y “casi” todo cuesta abajo, sí. El “casi” fueron 2km de subida trialera en la que dejamos las pocas fuerzas que nos quedaban (Pakito por delante, eso sí, manteniendo bien alto el pabellón PePedalero).
En los coches nos esperaba Javi, que también se había subido sus cuestas, pero a un ritmo más civilizado. En fin, muy agradable la experiencia. Hemos compartido pedaladas con un grupo estupendo (Julián, Jose, Juan Carlos, Antonio, Ángel y demás), gente maja y muy preparada tanto física como técnicamente, ¡Y 15 AÑOS MÁS JÓVENES!




1 comentario:

  1. Vaya ladrillaco que me ha quedado, pero me ha salido así.
    He tratado de reflejar mi visión de lo que pasó, pero si alguien tiene otro punto de vista que lo diga (o me lo mande por correo para añadirlo).

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