domingo, 10 de noviembre de 2013

Valdemoro - Esquivias - Borox - Seseña - Ciempozuelos


La ruta de hoy nos ha llevado a conocer nuevas tierras. Concretamente las de unos cuantos pueblos del sur de Madrid y norte de Toledo (internacionales que somos), para cubrir así otro trocito más del mapa bicicletero de nuestra área de influencia.


Saliendo de la zona nueva de Valdemoro vemos ya algunos bikers a la espera de sus compañeros. Nuestro primer objetivo es el cerro de los Batallones, a las afueras de la localidad. Pistas, caminos y un último tramo de cortafuegos nos llevan hasta el vértice geodésico del cerro.


Subiendo hemos oído disparos muy cerca. Es época de caza y durante toda la ruta compartiremos camino con las detonaciones. Lo cierto es que, más que admirar el paisaje, oteábamos el horizonte para ubicar las quietas siluetas de los escopeteros delatadas casi siempre por sus inquietos perros.


El camino hacia Esquivias se hace ameno ya que circulamos por un joven pinar repoblado, a media altura de la ladera. También se podría ir por la parte alta, pero la pista es bastante más aburrida. De Esquivias a Borox el trayecto es corto y se hace por una pista de grava compactada.


En Borox paramos en la plaza junto a la iglesia, y la fuente. Para salir el track nos da una extraña vuelta (editado) que casi nos deja en el centro del pueblo otra vez. Tras girar a la derecha enfilamos una carretera (en el mapa camino) en clara subida, que al poco tiempo abandonamos por la derecha para iniciar la bajada a Seseña.


Cruzar, rodear, circunvalar Seseña ha sido lo peor de la ruta. Primero rodeamos el pueblo por urbanizaciones de chalés; luego enlazamos con el polígono industrial por asfalto; atravesamos Seseña Nuevo y cruzamos la A4 por un paso peatonal, llegando por fin a la salida del pueblo. Sí, sí, la salida del pueblo, porque para dejar atrás la civilización hay que franquear esta curiosa puerta:


A partir de este punto el panorama cambia radicalmente. Ciempozuelos está cerca, y nos vamos aproximando poco a poco por una sucesión de entretenidos barrancos, bajando y subiendo por divertidos senderos, a veces muy cerrados pero siempre bien marcados, e incluso cruzando algún arroyo con cierta dificultad.


El último tramo hasta Valdemoro lo hacemos por el camino que viene de San Martín, que ya a estas alturas de recorrido se hace un poco cuesta arriba, tanto figurada como literalmente.

Las fotos aquí.

Y el track (editado):

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