domingo, 16 de junio de 2013

El Camino del Ingeniero

Qué bonita es esta ruta. Y qué dura. Quizás sea una de las más comentadas en los círculos beteteros y nosotros aún sin conocerla. Pues hoy nos ha tocado. ¡Y Paco con estos pelos! La verdad es que así es como acabó, pero la frase viene al pelo.

Cinco bikers nos dimos cita justo a la entrada de San Rafael: Sergio, Míguel, Jesus, Puchi y el de los pelos; aunque no éramos los primeros, pues el lugar ya estaba bastante concurrido de otros colegas que habían tenido la misma idea que nosotros (o parecida).
Aquí se empieza a subir desde el km 0. La pista enseguida se torna camino (el de la Peña del Águila), y el camino en sendero (variante); y el sendero se empina y se empina y se va llenando de piedras, con dos pasos de meterlo todo y, y...


Luego de recuperar el resuello y de hacer amigos en el collado donde se enlaza con la Cañada Real Leonesa y tras unos metros de bajada llegamos a la pista que nos conduce al collado del Hornillo, bastante más llevadera y donde coincidimos con más amigos (los de antes, vamos).
Para bajar hasta el camping de Peguerinos existe un senderito paralelo a la pista asfaltada que es una gozada. Uno de los amigos, el más lanzado, se nos une; los otros optan por la monotonía de la pista. Bordeamos el camping y decidimos tirar por lo fácil. La pista nos conducirá suavemente hasta el collado de la Gargantilla. Pero antes una paradita en el embalse de... (¡no viene el nombre en el mapa! De hecho, en algunos mapas no viene ni el embalse mismo) donde nos encontramos -¿a quién, a quién?- ... Pues sí.


Bastante pista llevábamos ya. Así que -¡tírate p'acá a la izquierda, que vamos a coronar el collado por el arroyo del Chuvieco!-, un sendero con no mucha pendiente pero con algún paso que obliga a darlo todo.

Y ya desde el collado de la Gargantilla seguimos pisteando hacia las praderas de Boca del Infierno, donde perdemos momentáneamente el track (en realidad estaba mal, no toda la culpa va a ser nuestra) y nos marcamos un pateo que no estaba previsto.

La bajada para cruzar el arroyo del Boquerón es pura adrenalina: al principio, piedras que te quieren sacar de la trazada, luego tierra que te hace bajar derrapando y todo con una pendiente negativa del 25%. ¡Qué gozada! Y nada más cruzar, el pateo (este ya previsto) hasta el inicio del camino del Ingeniero, el plato fuerte del día.

Inicio del Camino del Ingeniero
Son más de 10 km divertidísimos y exigentes, de mucha bajada y de muuucha subida (aunque no lo parezca). Mira que habíamos leído que había que afrontar este camino con fuerzas suficientes para disfrutarlo a tope. Y qué razón tenían. Al final, por suerte o por desgracia, nos comimos 2 km, pero no importa; así tenemos excusa para volver.

¡Qué bonita es esta ruta!. Y qué dura.

Las fotos.

Y el track:

1 comentario:

  1. Yo la recomendaria 100%. Perfecta para darte un buen "tute" con "de todo un poco". Tiene sitios para reponer agua y recuerdo una bajada pedrolera de las que me gustan a mi de soltar freno...

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