domingo, 2 de octubre de 2011

Las cumbres de Peñalara

Hoy hemos cambiado la rutina dominguera habitual del golpe de pedal por el contacto directo con el terreno, sin intermediarios, sintiendo las piedras y las ondulaciones del camino no a través de las cubiertas de nuestras bicis sino de la suela de nuestras botas.

Y ha resultado algo espectacular; los niños, como auténticos campeones, han andado como el que más (y sin protestar); las 'niñas', igualmente y con ganas de repetir (pero no con estos madrugones); y para todos, estando allí arriba, la sensación de estar en lo más alto es ..., es ...

Y por si alguien se quiere dar el paseito (aunque no tiene pérdida, vamos):


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